En primer lugar, explicar que el taller no utiliza máquinas copiadoras, siendo a golpe de gubia todo el proceso de talla, es decir, todo a mano de principio a fin, aunque en una misma obra haya que realizar numerosas copias de una misma pieza. Siguiendo así los procesos clásicos de la talla en madera desde sus comienzos en la Historia. Esto le confiere un valor artístico diferenciador a los utilizados actualmente por muchos talleres.

Tallar consiste en sustraer material del elemento base. La talla, junto al modelado, son las técnicas escultóricas más antiguas que ha empleado el hombre.

Saber aplicar bien las diferentes técnicas de la talla en madera supone recurrir inevitablemente al arte para poder extraer de una simple madera auténticas obras de arte. Por supuesto, cualquiera de las técnicas de tallado en madera que existen requieren el uso de las herramientas precisas (mazo, gubias, madera de calidad…), así como de un diseño previo.

El proceso creativo y de elaboración de esta fase de la obra se basa, en primer lugar, en el dibujado de la ornamentación en la correspondiente madera a tallar. Todo ello a tamaño real para que la Hermandad o cliente vaya viendo y aprobando todo el proceso creativo de diseño. Tras esto se pasa al calado de los huecos de dicha ornamentación y se procederá así a tallar los bajos relieves en la misma madera en la que construimos el paso en carpintería. A partir de aquí seguimos con los medios relieves y por último, altos relieves, ambos con diferentes volúmenes y alturas de piezas. Con esto conseguiremos una talla valiente, fina y volumétrica, propiedades todas del más puro estilo Barroco.

Todo el proceso de talla se divide en tres fases; el desbastado de la pieza, para el cual se utilizan  gubias con bocas grandes.  Esto no es más que quitar el máximo de madera posible para aproximarse lo más posible al volumen general del ornamento a tallar. El siguiente paso es el modelado de tal ornamento, ya se van utilizando gubias con bocas más pequeñas y específicas. En este paso perseguimos el limpiar de “gubiazos” la pieza y así dar el volumen y forma exacta que tiene la pieza. Por último, pasamos a la fase de afinado o de detalles, que consiste en la terminación en sí del ornamento, tallándole las “venas” que tenga la pieza o los diferentes elementos que precise esta. Este proceso se repite una y otra vez con cada pieza a tallar de la ornamentación del paso, pudiendo en un paso haber miles de piezas, de distintas alturas, formas o tamaños.